ASTROFÍSICOS DE LA UPV DESVELAN SECRETOS DE SATURNO



Una brillante mancha blanca del ecuador de Saturno ha permitido a los investigadores del Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco (UPV) desvelar los secretos de la mayor corriente en chorro del Sistema Solar. Gracias a esa formación atmosférica, han podido medir vientos de hasta 1.650 kilómetros por hora que no se habían observado desde las visitas de las sondas 'Voyager' en los años 80. El estudio se publica hoy en la revista 'Nature Communications'.

Saturno es el segundo planeta más grande del Sistema Solar, por detrás de Júpiter. «Es un gigante gaseoso diez veces mayor que la Tierra formado fundamentalmente por hidrógeno», explica el astrofísico bilbaíno Agustín Sánchez Lavega, autor principal del trabajo. En su ecuador, los vientos soplan de Oeste a Este a entre 1.650 y 1.800 kilómetros por hora en una corriente en chorro que «se extiende unos 70.000 kilómetros de Norte a Sur, más de cinco veces el tamaño de nuestro planeta».

En junio de año pasado, los astrofísicos de la UPV detectaron, con un telescopio de 28 centímetros, una mancha blanca con forma de ese que se movía a unos 1.650 kilómetros por hora en mitad de esa corriente. «Utilizamos esa formación como una especie de trazador que nos permitió determinan la velocidad contra el fondo informe de nubes, como la de un corcho sobre el agua», explica el astrofísico. Un mes después, confirmaron la velocidad de la estructura con la cámara PlanetCam, desarrollada por ellos e instalada en el telescopio de 2,2 metros del observatorio almeriense de Calar Alto.

Tres órbitas del 'Hubble'


La segunda confirmación llegó a través del 'Hubble'. Sánchez Lavega y su equipo habían solicitado tiempo de observación del telescopio espacial para ver una zona del polo Norte de Saturno. «Nos dieron tres órbitas y, cuando vimos las imágenes del fenómeno polar que estábamos investigando, allí apareció la mancha ecuatorial, una tormenta de unos 7.000 kilómetros de diámetro».

Agustín Sánchez Lavega, el segundo por la izquierda, con su equipo, junto al telescopio de la escuela de Ingenieros de Bilbao. 

Gracias al 'Hubble', los científicos de la UPV pudieron deducir la estructura tridimensional de los vientos de la corriente de chorro del planeta anillado. «La velocidad de los vientos llega al máximo a unos 150 kilómetros de profundidad. Esos vientos, que son hasta seis veces más fuertes que un huracán terrestre de fuerza 5, decrecen según asciende y en la alta atmósfera son cambiantes», explica Sánchez Lavega. Esa dualidad podría responder al enigma de qué hay detrás de los vientos de Saturno.

Los astrofísicos no cuentan en la actualidad con un modelo que explique qué impulsa la gran corriente en chorro. «Hay quienes sostienen la hipótesis de que es el calor interno del planeta y quienes dicen que, como en la Tierra, es la energía del Sol». Lo descubierto por Sánchez Lavega y su equipo apunta a que los fuertes vientos profundos se deberían a la energía interna del planeta y los de la alta atmósfera, más débiles y cambiantes, al Sol.

Además, los investigadores vascos han visto que, a unos 50 kilómetros por encima del techo de nubes, los vientos del ecuador de Saturno sufren violentas oscilaciones de Este a Oeste, algo que también sucede en el ecuador la Tierra. «Por eso también es importante estudiar las atmósferas de otros mundos, porque gracias a ellas podemos avanzar en el conocimiento de la de nuestro planeta», indica el astrofísico.