4 de julio, la Tierra en afelio |
Atendiendo a este hecho, y contrariamente a lo que podría pensarse, no es la distancia al Sol lo que determina que tengamos veranos o inviernos, sino la variable orientación de los polos terrestres al Sol, conforme la Tierra se mueve por su órbita elíptica, y que se explica por la "inalterable" inclinación del eje de rotación terrestre de 23º26’16,3’’ -lo que en astronomía se llama oblicuidad de la eclíptica-.